martes, 20 de enero de 2009

Se despide embajador de EU en México

En un mensaje de despedida el embajador de Estados Unidos en México, Antonio O. Garza, aseguró que para ambos países el reto es "contar con naciones más seguras y más prósperas para nuestros hijos".

Afirmó que México y Estados Unidos se han alejado de "engreídos intercambios de recriminaciones y acusaciones, hoy tenemos una conversación relevante y responsable basada en las preocupaciones mutuas y la responsabilidad compartida". Garza destacó que los liderazgos de los presidentes Barack Obama y Felipe Calderón "serán cruciales para asegurar que construyamos sobre los éxitos logrados".

El diplomático estaduinidense destacó el encuentro inicial que sostuvieron Obama y Calderón, en el que abordaron los temas de seguridad y comercio, entre otros.

"La apertura inicial entre nuestros dos líderes es presagio de su compromiso con la transparencia y la colaboración al desarrollar nuevas iniciativas que aborden los retos", subrayó.

El embajador Garza expresó que durante sus más de seis años de estancia en México constató cómo evolucionó de manera significativa el diálogo entre las dos naciones.

Además dijo que "intercambiamos perspectivas de cómo México y Estados Unidos pueden trabajar los retos y oportunidades de nuestro tiempo.

Trabajamos de manera conjunta para responder las preguntas difíciles que enfrentan todas las naciones en estos días". Sobre su estancia en México externó que fue toda una experiencia el haber tenido el privilegio de fungir como embajador, "pero esta mañana vine a trabajar tanto con un sentimiento de satisfacción como con un dejo de nostalgia".

Luego de seguir vía satélite desde la Biblioteca Benjamín Franklin la ascención al poder del presidente Barack Obama, destacó su liderazgo y deseó mucho éxito al nuevo mandatario.

Comentó que el momento mágico de la transición democrática significa cambios para todos, y con ellos vienen la reflexión y la oportunidad. Tras abandonar la biblioteca se trasladó a la embajada estadunidense, ubicada en Paseo de la Reforma, de donde salió por la puerta principal, saludó a la bandera, con lo cual dio por terminada su gestión como embajador en México.

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